"La paz no es una compra a plazos; no se obtiene con el pago de una última cuota; no se logra al casarse, ni cuando los chicos empiezan la escuela; no sobreviene cuando el último regresa de la misión; no se recibe al cobrar una herencia; no nos llega cuando las heridas de la muerte de un ser querido empiezan a cicatrizar. La verdadera paz no puede depender de condiciones ni sucesos, sino que debe surgir de un contentamiento interior basado en la confianza, la fe y la buena voluntad hacia Dios, nuestros semejantes y nuestro yo. Los que están firmemente sujetos al evangelio de Jesucristo deben nutrirla constantemente; sólo entonces puede comprender la persona que las penas y tribulaciones de la vida diaria son mínimas en vista de la bondad absoluta de Dios. La búsqueda de una paz perdurable es algo eterno. La obediencia a la ley nos brinda paz; también la obtienen los que desarrollan su carácter y confianza."
Elder Marvin J. Ashton
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