"Estoy convencido de que ésta es una Iglesia de trabajadores y no un museo de santos. Aquellos que no piensen de esta manera no han llegado a comprender la verdadera finalidad de la divina organización a la cual pertenecen. Aprendan a amar el llamamiento que tengan en la Iglesia y lo querrán tanto que llegará a ser vigorizador. Aprendan a sentirse satisfechos; da el mismo trabajo que estar disgustado y es mucho más agradable. Aprendan a aceptar la adversidad. Sean quienes sean o estén donde estén, la van a tener. Y no tengan miedo del viento de la adversidad; recuerden que un cometa se remonta en contra del viento y no a favor de él. Acostúmbrense a decir cosas agradables en vez de hacer comentarios negativos. Vivan el momento presente en toda su plenitud, y no vivan ni en el pasado ni en el futuro. El éxito es una jornada y no un lugar de destino. Cuando hayan llegado a los setenta años de edad, resistan el impulso de arreglar los asuntos de todos los demás y admitan de vez en cuando que pueden estar equivocados. Somos grandemente bendecidos al ser parte de una Iglesia que enseña en cuanto a la belleza, la esperanza, la alegría, la valentía, la fe y la felicidad que nos permiten conservarnos jóvenes en nuestro corazón por medio del servicio fiel en cualquier llamamiento que tengamos."
Elder Jacob de Jager
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