jueves, 29 de julio de 2010

La Comunicaión

"Debemos comunicarnos los unos con los otros de la forma en que lo haría el Salvador. Este tipo de comunicación se expresa en un tono de amor, no de grosería; se da a conocer para que sea útil, no dañino; es un nexo que nos une en lugar de apartarnos; y tiende a edificar y no a disminuir. Esta comunicación es una expresión de afecto, no de enojo; de veracidad, no de embustes; de compasión, no de contención; de respeto, no de ridículo; de consejo, no de crítica; de corrección, no de condenación. Se expresa claramente y no con confusión. Puede ser tierna o puede ser severa, pero siempre debe ser moderada. Lo que debemos hacer al comunicarnos con los demás es preparar el corazón para que tenga sentimientos como los de Cristo por todos los hijos del Padre Celestial. Si logramos sentir ese interés por el bienestar de nuestros semejantes, nos comunicaremos con ellos como lo haría el Salvador; con eso calmaremos el corazón de los que sufran en silencio. Al encontrar personas con necesidades especiales, podremos iluminar su jornada por la vida con las palabras que les digamos. Comunicarnos en el nivel en que Cristo lo haría nos ayudará a lograr buenas relaciones y terminará por llevarnos seguros de regreso a nuestro hogar celestial."
Elder L. Lionel Kendrick
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lunes, 26 de julio de 2010

Decisiones - Vida Eterna

"El motivo por el que vinimos a la tierra es precisamente obtener la vida eterna. La vida eterna es nuestra meta, y significa poder vivir en la presencia de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo, con nuestra familia, por toda la eternidad. Cada vez que tomemos una decisión, debemos sopesar el efecto final que ésta pueda tener en nuestra meta de obtener la vida eterna. Y por eso es que debemos estudiar y orar. Si tenemos el plan eterno como una meta, podremos tomar decisiones eternas. Sin embargo, no nos será posible tomar las decisiones correctas si sólo nos basamos en nuestra propia deducción intelectual y en el análisis de los hechos de acuerdo con nuestro entendimiento; la oración y el estudio deben emplearse juntos para edificar el conocimiento y la sabiduría."
Elder Robert D. Hales
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sábado, 24 de julio de 2010

Que ven mis ojos...

"¿Qué ven mis hijos cuando miran mi rostro?. ¿Ven la imagen del Salvador reflejada en mi rostro gracias a la manera en que vivo? Recuerden que ninguno de nosotros será un ejemplo perfecto para nuestros hijos, pero todos podemos llegar a ser padres y líderes dignos. Nuestra lucha por ser dignos constituye un ejemplo en sí. En ocaciones quizá sintamos que estamos fallando, pero podemos seguir esforzándonos. Con el Señor y por medio de El, podemos ser fortalecidos para ser quienes debemos ser. Podremos hacer lo que tangamos que hacer."
Hna. Cherly C. Lant
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jueves, 22 de julio de 2010

Amistad


"Uno de los grandes tributos que puede rendir el Salvador es el de llamarnos "amigos". Sabemos que ama con un amor perfecto a todos los hijos de Su Padre Celestial, pero Él reserva este título especial a aquéllos que han sido fieles en su servicio a Él. Llegamos a ser Sus amigos cuando servimos a los demás en Su lugar. Él es el ejemplo perfecto del tipo de amigo en el que debemos convertirnos. Desea únicamente lo mejor para los hijos de Su Padre Celestial. Su felicidad es la de ellos y siente la tristeza de ellos como si fuera la Suya propia, ya que ha pagado el precio de todos sus pecados, tomado sobre Sí todas sus enfermedades, soportado todas sus tribulaciones y experimentado todos sus anhelos. Sus propósitos son puros. No busca ningún reconocimiento para Sí mismo, sino otorgar toda la gloria a Su Padre Celestial. El amigo perfecto, Jesucristo, es completamente generoso al ofrecer la felicidad a otras personas."
Pte. Henry B. Eyring

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miércoles, 21 de julio de 2010

A Semejanza de ...

"Nuestro Padre Celestial, quien nos ama de manera completa y perfecta, deja que tengamos experiencias que nos permitan desarrollar las características y los atributos que necesitamos para ser cada vez más parecidos a Cristo. Nuestras pruebas tienen muchas formas diferentes, pero cada una nos permitirá llegar a ser cada vez más parecidos al Salvador en la medida en que aprendamos a reconocer las cosas buenas que surgen de cada experiencia. Al comprender esta doctrina, podemos adquirir mayor certeza del amor de nuestro Padre. Quizá en esta vida nunca sepamos por qué tenemos que pasar por ciertas circunstancias, pero podemos estar seguros de que podremos crecer gracias a la experiencia. Ahora bien, soy consciente de que es mucho más fácil mirar hacia atrás cuando ya ha terminado la prueba y ver qué hemos aprendido de nuestra experiencia; pero el desafío es obtener una perspectiva eterna mientras estamos en medio de las pruebas. A algunas personas les puede parecer que las pruebas por las que nosotros pasamos no son grandes, pero para cada uno de los que enfrentamos esas pruebas, son reales y requieren que nos humillemos ante Dios y aprendamos de Él."
Elder James B. Martino
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lunes, 19 de julio de 2010

Normas para Juzgar

"Vivimos en un mundo en el que muchas situaciones requieren que emitamos juicios; esto no siempre es cosa sencilla. Debemos juzgar bien al tomar decisiones críticas en cada etapa de nuestra vida, como escoger amigos, encontrar un compañero eterno o elegir una ocupación que nos permita cuidar de nuestra familia y servir al Señor. A pesar de que el Señor nos ha pedido que no juzguemos a los demás, espera que hagamos uso de un excelente discernimiento. Quizá a veces juzgamos rápidamente a las personas, lo cual puede cambiar o redefinir nuestra relación con ellas. Con frecuencia se emiten juicios incorrectos porque contamos con información limitada o porque no vemos más allá de lo que está inmediatamente frente a nosotros. Se necesita buen discernimiento no sólo para comprender a las personas, sino también para enfrentarnos con decisiones que muchas veces nos acercan a nuestro Padre Celestial o nos alejan de Él. Muchas bendiciones en la vida se pierden por aplicar un criterio mundano a lo que en realidad es una decisión espiritual. Una persona nunca podrá juzgar bien si no tiene el evangelio de Jesucristo como punto de referencia. El Evangelio tiene una larga y exitosa trayectoria de guiar a las personas a la felicidad. Algunas de las ideas del mundo dejan a la humanidad a la deriva para que ellos traten de definir sus propias normas y, a causa de eso, escuchamos frases como "una nueva moralidad". ¡Esa frase es engañosa! Las normas de la moralidad son eternas y no han cambiado; y tampoco debemos procurar descubrir una nueva interpretación de ellas."
Elder Gregory A. Schwitzer
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lunes, 12 de julio de 2010

Historia Familiar


"Tenemos un anhelo natural de conectarnos con nuestros antepasados. Ese deseo mora en nuestros corazones, sin importar la edad. Cuando nuestro corazón se vuelve a nuestros antepasados, algo cambia dentro de nosotros; nos sentimos parte de algo más grande que nosotros mismos. Nuestros anhelos innatos por tener conexiones familiares se hacen realidad cuando nos entrelazamos con nuestros antepasados mediante las ordenanzas sagradas del templo. Han quedado atrás los días en que esta obra sagrada se efectuaba sólo por especialistas. Sin importar su situación, ustedes pueden hacer de la historia familiar una parte de su vida ahora mismo. Los niños de la Primaria pueden dibujar un árbol genealógico familiar; los jóvenes pueden participar en bautismos vicarios; éstos también pueden ayudar a la generación de personas mayores a trabajar con computadoras. Los padres pueden relatar historias de su vida a su posteridad. Los miembros adultos dignos pueden tener una recomendación para el templo y efectuar las ordenanzas del templo a favor de sus propios familiares. Aunque la obra del templo y de historia familiar tiene el poder para bendecir a los que están más allá del velo, tiene el mismo poder para bendecir a las personas que están vivas. Tiene una influencia refinadora en aquellos que participan de ella. Éstos literalmente están ayudando a exaltar a su familia."
Elder Russell M. Nelson

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jueves, 8 de julio de 2010

El Gran Objetivo

"El Salvador reveló las perfectas prioridades para nuestra vida, nuestros hogares, nuestros barrios, nuestras comunidades y naciones cuando habló del amor como el gran mandamiento del cual "dependen toda la ley y los profetas". Podemos pasar los días obsesionándonos por los más ínfimos detalles de la vida y de la ley, y con una larga lista de cosas por hacer; pero si desatendemos los grandes mandamientos, no hemos entendido y somos nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá por los vientos; árboles sin fruto. Sin ese amor por Dios el Padre y por nuestros semejantes, somos únicamente la forma de Su Iglesia, pero no la substancia. El amor es lo que inspiró a nuestro Padre Celestial a crear nuestros espíritus; es lo que llevó a nuestro Salvador al Jardín de Getsemaní para ser Él mismo el rescate por nuestros pecados. El amor es el gran motivo del plan de salvación; es la fuente de felicidad, la siempre renovadora primavera de la curación, la valiosa fuente de la esperanza. Al extender nuestras manos y nuestro corazón hacia los demás con amor cristiano, nos sucede algo maravilloso. Nuestro propio espíritu llega a ser sanado y se vuelve más refinado y fuerte. Somos más felices, más pacíficos y más receptivos a los susurros del Santo Espíritu."
Pte. Dieter F. Uchtdorf

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lunes, 5 de julio de 2010

Paciencia

"Esperar puede ser difícil. Los niños lo saben, al igual que los adultos. Vivimos en un mundo que ofrece comida rápida, mensajería instantánea, películas a pedido y respuestas inmediatas a las preguntas más triviales y a las más profundas. No nos gusta esperar. Algunos incluso sienten que les sube la presión si la fila que están haciendo en el supermercado se mueve más despacio que las otras. La paciencia -la capacidad de aplazar por un tiempo nuestros deseos- es una virtud preciada e inusual. Queremos lo que queremos y lo queremos ya. Por tanto, la idea en sí de la paciencia puede parecer desagradable y, a veces, amarga. No obstante, sin paciencia no podemos agradar a Dios; no podemos llegar a ser perfectos. De hecho, la paciencia es un proceso purificador que refina el entendimiento, aumenta la felicidad, centra la acción y ofrece la esperanza de la paz. Como padres, sabemos cuán imprudente sería satisfacer todos los deseos de nuestros hijos; pero los niños no son los únicos que se echan a perder cuando siempre reciben satisfacción inmediata. Nuestro PadreCelestial ya sabe lo que los buenos padres comprenden con el tiempo: para que los hijos maduren y logren su potencial, deben aprender a esperar."
Pte. Dieter F. Uchtdorf

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viernes, 2 de julio de 2010

Oración - Testimonio

"Las fervientes oraciones que ofrezcamos a diario en busca de perdón o de ayuda particular son esenciales para nuestra vida y para nutrir nuestro testimonio. Cuando ofrecemos oraciones de forma apresurada o repetitiva, o no les damos mucha importancia, o nos olvidamos de hacerlas, tendemos a perder la cercanía del Espíritu, la cual es esencial para la dirección constante que necesitamos para afrontar con éxito las pruebas de la vida cotidiana. La oración familiar por la mañana y por la noche brinda bendiciones y poder adicionales a nuestras oraciones personales y a nuestro testimonio. El estudiar, de forma sincera y personal, las Escrituras trae fe, esperanza y la solución para nuestros retos diarios. El leer, meditar y aplicar las lecciones de las Escrituras, junto con la oración, se convierte en un factor irremplazable para obtener y preservar un testimonio fuerte y vibrante."
Elder Donald L. Staheli
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jueves, 1 de julio de 2010

Ensanchar ntra. Memoria

"Las Escrituras ensanchan nuestra memoria al ayudarnos a recordar siempre al Señor y nuestra relación con Él y con el Padre. Nos recuerdan lo que sabíamos en nuestra vida premortal, y ensanchan nuestra memoria en otro sentido al enseñarnos acerca de épocas, personas y acontecimientos que no experimentamos personalmente. Ninguno de nosotros estuvo presente para ver partirse el mar Rojo y cruzar con Moisés al otro lado entre muros de agua. No estuvimos allí para escuchar el Sermón del Monte, para ver a Lázaro al ser levantado de entre los muertos, para ver al Salvador agonizante en Getsemaní y en la cruz; ni oímos, con María, a los dos ángeles testificar en la tumba vacía que Jesús se había levantado de los muertos. Ustedes y yo no avanzamos uno por uno con la multitud en la tierra de Abundancia por invitación del Salvador resucitado, para palpar las marcas de los clavos y bañar Sus pies con nuestras lágrimas. No nos arrodillamos al lado de José Smith en la Arboleda Sagrada ni contemplamos allí al Padre y al Hijo. Sin embargo, sabemos todas esas cosas y mucho más porque tenemos el registro de las Escrituras para ensanchar nuestra memoria, para enseñarnos lo que no sabíamos; y a medida que estas cosas penetren nuestra mente y nuestro corazón, se arraiga nuestra fe en Dios y en Su Hijo Amado."
Elder D. Todd Christofferson

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