viernes, 2 de julio de 2010

Oración - Testimonio

"Las fervientes oraciones que ofrezcamos a diario en busca de perdón o de ayuda particular son esenciales para nuestra vida y para nutrir nuestro testimonio. Cuando ofrecemos oraciones de forma apresurada o repetitiva, o no les damos mucha importancia, o nos olvidamos de hacerlas, tendemos a perder la cercanía del Espíritu, la cual es esencial para la dirección constante que necesitamos para afrontar con éxito las pruebas de la vida cotidiana. La oración familiar por la mañana y por la noche brinda bendiciones y poder adicionales a nuestras oraciones personales y a nuestro testimonio. El estudiar, de forma sincera y personal, las Escrituras trae fe, esperanza y la solución para nuestros retos diarios. El leer, meditar y aplicar las lecciones de las Escrituras, junto con la oración, se convierte en un factor irremplazable para obtener y preservar un testimonio fuerte y vibrante."
Elder Donald L. Staheli
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