miércoles, 29 de septiembre de 2010

Inspiración


"La promesa del Espíritu Santo que el Salvador hizo a los Doce es de importancia suprema para reconocer la función preeminente del Espíritu Santo, el tercer miembro de la Trinidad. El Espíritu Santo es un personaje de espíritu, el Consolador, que da testimonio del Padre y del Hijo, revela la verdad de todas las cosas y santifica a quienes se hayan arrepentido y bautizado. A Él se lo llama el Santo Espíritu de la Promesa y, como tal, confirma la aceptación de Dios de los hechos, ordenanzas y convenios justos de cada uno de nosotros. Aquellos que son sellados por el Santo Espíritu de la Promesa reciben todo lo que el Padre tiene. Vivimos en un mundo ruidoso y contencioso donde es posible ver u oír información, música e incluso puras insensateces prácticamente a toda hora del día. Si queremos tener la inspiración del Espíritu Santo, debemos encontrar tiempo para aminorar la marcha, meditar, orar y vivir de modo que seamos dignos de recibir Sus susurros y actuar en base a ellos. Evitaremos cometer grandes errores si hacemos caso a Sus advertencias. Es nuestro privilegio como miembros el recibir luz y conocimiento de Él hasta el día perfecto." 
Elder Quentin L. Cook

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