"Creo que la mayoría de nosotros comprende, por intuición, cuán importantes son los principios básicos; sólo que a veces nos distraemos por tantas cosas que parecen más atractivas. El material impreso, la amplia gama de medios de comunicación, las herramientas y los artefactos electrónicos --todos útiles si se usan correctamente-- pueden convertirse en pasatiempos perjudiciales o en frías cámaras de aislamiento. Sin embargo, en medio de la multitud de voces y opciones, el humilde Hombre de Galilea sigue con las manos extendidas, esperando. Su mensaje es sencillo: "Ven, sígueme". Y no habla por un megáfono de gran alcance, sino con una voz apacible y delicada. Es muy fácil que el mensaje básico del Evangelio pase desapercibido entre la oleada de información que nos inunda desde todas direcciones. En las sagradas Escrituras y en la palabra hablada de los profetas vivientes se hace hincapié en los principios y las doctrinas fundamentales del Evangelio. La razón por la que volvemos a esos principios fundamentales, a las doctrinas puras, es porque son la puerta de entrada a las verdades de profundo significado. Son la puerta a las experiencias de sublime importancia que de otra manera escaparían a nuestra capacidad de comprensión. Esos principios básicos y sencillos son la clave para vivir en armonía con Dios y con el hombre; son las llaves que abren las ventanas de los cielos; nos conducen a la paz, al gozo y a la comprensión que el Padre Celestial ha prometido a Sus hijos que Lo escuchan y obedecen." Pte. Dieter F. Uchtdorf |
jueves, 18 de noviembre de 2010
Pincipios Fundamentales
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