"Como humildes siervos del Salvador, debemos pedir en oración que las manifestaciones del Espíritu Santo vengan a nosotros en nuestro servicio y a aquellos a quienes servimos. La oración humilde a nuestro Padre Celestial, con profunda fe en Jesucristo, es esencial para ser dignos de la compañía del Espíritu Santo. La humildad y la fe que invitan a los dones espirituales aumentan cuando leemos, estudiamos y meditamos las Escrituras. Todos hemos oído esas palabras, pero quizá leamos unas pocas líneas o páginas de las Escrituras por día y esperemos que sea suficiente. Sin embargo, leer, estudiar y meditar no son la misma cosa. Al leer palabras quizás obtengamos ideas. Al estudiar, quizás descubramos modelos que se repiten y conexiones entre pasajes. Pero al meditar, invitamos a la revelación por medio del Espíritu. Meditar, para mí, es pensar y orar después de leer y estudiar las Escrituras con detenimiento."
Pte. Henry B. Eyring
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