"El Espíritu Santo es la mejor garantía que tenemos de lograr paz interior en este mundo inestable. Más que cualquier substancia química u otro producto terrenal, El puede expandirnos la mente y darnos un gran sentido de bienestar; nos calma los nervios, da aliento de paz a nuestra alma. Este Consolador puede acompañarnos en nuestro esfuerzo por mejorar. Puede ser una fuente de revelación para advertirnos de un peligro inminente y para evitar que cometamos errores. El puede agudizar nuestros sentidos para que podamos ver con más nitidez, oír con más claridad y recordar lo que debemos recordar. Esta es una forma de amplificar nuestra felicidad."
Pte. James E. Faust
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