lunes, 30 de noviembre de 2009

Juicio

"Tendemos a evaluar a los demás según su apariencia física o exterior: si la persona es o no apuesta, su condición social, los títulos que posee o su situación económica. Sin embargo, el Señor tiene una norma diferente para evaluar a las personas. Cuando el Señor mide a una persona, no le coloca una cinta métrica alrededor de la cabeza para determinar su capacidad mental, ni alrededor de su pecho para saber si es fuerte, sino que le mide el corazón, lo que le indica la capacidad y el potencial que tiene esa persona para bendecir a sus semejantes. ¿Por qué el corazón? Porque el corazón es el reflejo de la naturaleza de la persona. La medida de nuestro corazón es la medida de nuestras obras. En la forma que el Señor emplea la palabra, el "corazón" de una persona indica su esfuerzo por progresar, por mejorar a otros, por mejorar las condiciones que afronta."
Elder Marvin J. Ashton

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