"Si somos sinceramente humildes, seremos bendecidos con este don de fe y esperanza en las cosas que no se ven pero que son verdaderas. Si aun cuando sólo tengamos un deseo de creer, experimentamos con las palabras de las Escrituras y de los profetas vivientes, y no resistimos al Espíritu del Señor, nuestra alma se verá ensanchada y nuestro entendimiento se iluminará. La fe en Jesucristo y el testimonio de Él y de Su expiación universal no son sólo una doctrina de gran valor teológico; esa fe es un don universal y glorioso, para todas las regiones culturales de esta tierra, sin distinción de raza, color, idioma, nacionalidad ni circunstancias socioeconómicas. A fin de entender ese don, se puede emplear la facultad del razonamiento, pero los que sienten más profundamente sus efectos son los que están dispuestos a aceptar sus bendiciones, las cuales se reciben por seguir el sendero del verdadero arrepentimiento y de la obediencia a los mandamientos de Dios."
Pte. Dieter F. Uchtdorf
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