"Si bien es cierto que cada templo expande la influencia de la rectitud en la tierra, las bendiciones mayores, sin duda, son para aquellos que asisten al templo. Allí recibimos más luz y conocimiento y concertamos convenios solemnes que, si los cumplimos, nos ayudan a caminar por la senda del discipulado. En pocas palabras, el templo nos enseña acerca del sagrado propósito de la vida y nos ayuda a fijar nuestro verdadero rumbo físico y espiritual. Por otro lado, no asistimos al templo únicamente para nuestro beneficio. Cada vez que entramos en esos sagrados edificios, desempeñamos una función en la santa obra de salvación y redención que está al alcance de todos los hijos de Dios gracias a la expiación del Unigénito del Padre. Se trata de un servicio desinteresado y santo, el cual nos permite participar como seres mortales en la gloriosa obra de llegar a ser salvadores en el monte Sión. Para aquellos que por cualquier motivo no puedan asistir al templo en este momento, les insto a que hagan todo lo que esté en sus manos por obtener una recomendación vigente para el templo. A medida que los horizontes del mundo siguen embelleciéndose con estos sagrados edificios consagrados al Señor, es mi oración que hagamos nuestra parte para acercar el cielo a la tierra, siendo dignos de poseer una recomendación para el templo y utilizándola. Al hacerlo, la rectitud ciertamente aumentará no sólo en nuestra vida y en nuestro hogar, sino también en nuestras comunidades y en el mundo entero." Pte. Dieter F. Uchtdorf Subir |
lunes, 10 de enero de 2011
Historia Familiar
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