"A ciencia cierta no sé quién tiene el derecho o la responsabilidad de determinar cuando alguien es un adulto, pero estoy seguro de que, frecuentemente, el menos indicado es la persona misma. Si la persona es madura, no necesita anunciarlo. La conducta personal es la única manera de determinar el grado de madurez. Cuando se trata del comportamiento, al clasificar a un adulto no se toma en cuenta la edad, las arrugas, ni las canas. Quizás no sea muy errado decir que la conducta de un adulto es un proceso. La madurez, por lo general, se logra por medio de la autodisciplina, la flexibilidad y un esfuerzo continuo. Vosotros, jóvenes de todo el mundo, así como vuestros padres, no necesitáis anunciar o proclamar vuestra madurez, ya que se sabrá quién sois por medio de vuestra fe y vuestras obras; se os conocerá y clasificará por vuestros frutos. No beneficiaremos a nadie por medio de discusiones violentas, rabietas, críticas, degradantes y destructivas, inútiles acusaciones y falta de respeto. Pongamos de lado la malicia, el resentimiento y las represalias que son autodestructivas, y volvamos al sendero seguro que tan claramente indicó el Buen Pastor. La dirección en la que avanzamos es mucho más importante que el lugar donde estamos."
Elder Marvin J. Ashton
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