"La perfección es una meta eterna. Aun cuando no podamos ser perfectos en la vida terrenal, el esforzarnos por lograrlo es un mandamiento que, al final, por medio de la Expiación, podemos guardar. Recuerden que las maravillas de la ciencia y la tecnología modernas no nos exaltarán. En realidad, el gran desafío que enfrentamos al prepararnos para el futuro es el de ser más espiritualmente ilustrados. Todo ese nuevo y creciente conocimiento intelectual debe ser por cierto dominado por medio de gran esfuerzo y aprendizaje; pero la erudición técnica no sirve para nada a menos que haya un propósito espiritual y un significado para la misma. Estoy seguro de que el Señor espera que la apliquemos para el progreso de Sus propósitos y para la bendición de la humanidad; sin embargo, debemos adoptar esos elevados ideales como si fueran metas y deseos personales antes de orientar la tecnología en esa dirección."
Pte. James E. Faust
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