Es la entrega de nuestro corazón
"Los consejos de Dios nos unen y armonizan con las magníficas realidades del universo; mientras que el pecado nos deja vacíos, nos aísla y nos aparta, confinándonos a la celda desolada del egoísmo. Por eso, la multitud del infierno es solitaria. Al contrario, la sumisión espiritual es armonía y comunión al dar estabilidad al corazón y la mente. Entonces, dedicaremos menos tiempo a las decisiones y más al servicio; por otra parte, cuanto mayor sea la vacilación, menor la inspiración. La entrega de nuestro corazón a Dios marca la última etapa de nuestro progreso espiritual. ¡Es entonces cuando empezamos a serle útiles! ¿Cómo podemos pedirle que nos haga instrumento en sus manos si la herramienta pretende darle instrucciones a que la utiliza? Cuando de verdad cumplimos con el primer mandamiento de amar a Dios con todo el 'corazón, alma, mente y fuerza', el dar tiempo, talento y bienes va acompañado de una entrega total de nosotros mismos."Elder Neal A. Maxwell
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